Al fondo, el Viejo Cuartel
4 - El cuartel de la Guardia
Civil
El viejo cuartel
Las zonas rurales de España, que conformaban en
el siglo XIX la casi totalidad del país, estaban totalmente desprotegidas de
vandalismos y pillajes producidos por el bandolerismo reinante en la época. Esta
delincuencia la promovía la pobreza y la miseria en la que vivían sus gentes,
independientemente del instinto violento innato en los genes de algunas
personas.
Desconozco si
los desmanes que ocurrían en estas fechas sería el motivo, pero lo cierto es
que en el año 1844 se creó el cuerpo de la Guardia Civil, cuya organización fue
confiada al Marqués de Ahumada. Se trataba con ello de dar protección a los
pueblos contra los salteadores de caminos, bandoleros y cuatreros y a la vez
mantener el orden cívico que no había producido ni las leyes ni la educación de
las personas.
Como los cuarteles de este Cuerpo más próximos de
Cucalón eran los de Daroca y Calamocha, bastante distantes para la época,
cincuenta años más tarde de su creación, la Guardia Civil se instala en nuestro
pueblo, por ser el centro de una gran Demarcación de unos catorce pueblos. A
pesar de todo, la tarea se presentía muy dura debido a los escasos medios de
comunicación existentes.
Como el Ayuntamiento no tenía ningún edificio adecuado
para su instalación, ni medios económicos para construir uno nuevo, se tomó la
decisión de alquilar un viejo caserón propiedad de varios vecinos, asentado en
la última casa del lado izquierdo del conocido Barrio Verde. Inicialmente los
propietarios cobraban un pequeño alquiler, pero con el tiempo acabaron por
renunciar a su derecho donándolo al Ayuntamiento. En principio fue preciso
realizar un pequeño acondicionamiento, principalmente para los guardias
casados, ya que realmente no había en él muchas comodidades. Solamente una
vivienda era un poco digna de habitabilidad y la cual se reservaba para el Cabo,
que era a la vez el Comandante del Puesto.
Al ser un destino poco atrayente para los guardias,
solían ocuparlo los de las nuevas promociones como primera salida para cumplir
su servicio rural. La mayor parte eran solteros, por lo que preferían vivir de
patrona en alguna casa particular y usar el Cuartel exclusivamente para
pernoctar. Y allí vivieron varias promociones de guardias hasta que se
construyó el nuevo Cuartel.
El nuevo cuartel
Más de tres cuartos de siglo vivieron los guardias en
el viejo caserón de la calle Barrio Verde, pero el edificio ya no reunía las
condiciones necesarias de habitabilidad, para los nuevos tiempos.
Hacia finales de los años setenta, en la
"Operación Cuarteles", Cucalón tuvo la fortuna de que el Ministerio
correspondiente decidiese la construcción de uno nuevo. Su ubicación se fijó en
una gran era junto a la carretera y frente a la ermita de Santa Ana. Había
solar suficiente para edificar un amplio y hermoso cuartel con todas las
comodidades y más acorde con las necesidades para un buen servicio.
Una vez iniciada su construcción, al poco tiempo y por
ciertas vicisitudes que ocurrieron, las obras quedaron paralizadas durante
cierto tiempo, quedando solamente el esqueleto del edificio. Posteriormente se
reiniciaron de nuevo los trabajos hasta su acabado final.
El día de su inauguración a principio de los años
ochenta, acudieron las autoridades autonómicas y provinciales, quedando
maravillados al ver aquel hermoso cuartel en el cual no se habían escatimado
los medios para su construcción. El Alcalde pronunció unas emotivas palabras
alusivas al acto quedando todos complacidos con el nuevo edificio: los del
pueblo por un lado, por la mejora inaugurada y los guardias por otro, para
olvidar las instalaciones del antiguo y viejo caserón.
Pero una nueva incidencia le esperaba a esta
edificación, ya que solamente estuvo una década en servicio este flamante
cuartel. En la nueva reorganización de la Guardia Civil, el de Cucalón dejó de
prestar servicio permanente y los guardias fueron trasladados a Calamocha,
desde donde cubren a partir de entonces las necesidades de la comarca.
La convivencia entre los guardias y el pueblo siempre
fue bastante cordial, ya que los vecinos trataron de que su estancia les fuera
lo más grata posible. Los guardias recíprocamente contribuyeron a que todo
marchase bien, ayudando a los habitantes en todas las necesidades e incluso algunos
contrajeron matrimonio con jóvenes del lugar. De vez en cuando hablas con
alguien que te dice: soy de Cucalón pues mi padre era Guardia Civil y allí nací
yo. Anécdota personal: hablando yo un día con un guardia joven, cuyo primer
destino había sido Cucalón, me dijo que se llamaba Santaella. Yo le indiqué:
¡qué casualidad!, el capitán de mi escuadrón, en el Regimiento de Regulares de
Caballería de Tetuán también se llamaba así. El final es fácil ¿verdad? Pues
efectivamente, era su padre.
Actualmente
el edificio ha quedado en propiedad del Ayuntamiento, por la compra que se le
hizo recientemente al Ministerio de Defensa. Se ha rehabilitado una de las
viviendas y ya está habitada en alquiler. Con el tiempo supongo que la idea
será restaurar el resto y alquilar o vender la construcción entera por pisos.
Los vecinos serán los que decidan su futuro.
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